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¿El inminente despliegue de las redes 5G representa un riesgo para la salud humana?

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Tras las pruebas realizadas en los últimos 12 meses, el despliegue generalizado de nuevas redes 5G en 2019 hará que los usuarios de teléfonos inteligentes de un número cada vez mayor de grandes ciudades empiecen a disfrutar de sus capacidades mejoradas.

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Según Ericsson, la compañía de telecomunicaciones sueca cuya infraestructura permitirá parte de este despliegue, habrá más de 1.500 millones de usuarios de 5G para 2024. Pero, ¿son las redes 5G seguras para la salud humana?

El nuevo estándar de red no se trata sólo de descargas más rápidas y streaming sin problemas. Velocidades más rápidas (10 veces más rápidas que 4G LTE) y menor latencia permitirán todo, desde experiencias de realidad aumentada y virtual y vehículos autónomos hasta edificios inteligentes y cadenas de bloques. En resumen, las redes 5G están destinadas a convertirse en el tejido digital de conexión de por vida.

¿Realidad o ficción?

Si los beneficios de las redes 5G son bastante inequívocos, entonces hay una pregunta sobre el nuevo estándar que se niega a desaparecer. ¿Qué tan seguro es? Con los expertos aparentemente divididos sobre el tema, encontrar una respuesta clara, desafortunadamente, es una propuesta difícil.

Para tener en cuenta su mayor velocidad y su mayor capacidad de tratamiento de datos, las redes 5G aprovecharán las nuevas bandas no utilizadas en la parte superior del espectro radioeléctrico. Estas bandas altas se conocen como ondas milimétricas (MMW). El hecho de que los MMWs sean mucho más susceptibles a la atenuación que las microondas utilizadas por las redes 4G significa que se necesitarán instalar muchas más antenas de transmisión (conocidas como células pequeñas), especialmente en áreas urbanas.

La proliferación de estas pequeñas células, dicen los críticos, significa que ninguno de nosotros será capaz de escapar de los efectos potencialmente dañinos de la radiación electromagnética relacionada con los 5G. En un reciente llamamiento a la Unión Europea, más de 180 científicos y médicos de 36 países advirtieron sobre los peligros de la 5G, que, según ellos, provocará un aumento masivo de la exposición involuntaria.

El Dr. Martin Pall, Profesor Emérito de Bioquímica y Ciencias Médicas Básicas de la Universidad del Estado de Washington, ha publicado un documento de 90 páginas sobre los riesgos para la salud que plantea la 5G. Para él,

5G será inevitablemente mucho más peligroso que las microondas a las que ya estamos expuestos a través de Wi-Fi y otras redes estándar. Tales exposiciones ya están provocando, entre otros impactos, grandes efectos neurológicos/neuropsiquiátricos, efectos reproductivos y efectos sobre el ADN de nuestras células que pueden causar, a su vez, tanto cáncer como mutaciones en la línea germinal.

El imperativo de la investigación

La preocupación por los efectos de las radiaciones electromagnéticas relacionadas con las telecomunicaciones no es nada nuevo. Aunque se están llevando a cabo estudios a largo plazo, todavía no hay pruebas convincentes de que el uso de teléfonos celulares aumente el riesgo de cáncer. Y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "no existe evidencia científica convincente de que las débiles señales de radiofrecuencia de las estaciones base y las redes inalámbricas causen efectos adversos para la salud"

Entonces, ¿está en las empresas de telecomunicaciones la responsabilidad de probar que la tecnología 5G es segura antes de que se ponga en marcha, o ya se han realizado suficientes estudios? Para el Dr. Alexander Lerchl, profesor de Biología y Ética en Ciencia y Tecnología en la Universidad de Jacobs de Bremen y portavoz de la OMS,

Esto es complicado. En principio, no se puede probar que algo es seguro porque no se puede probar la inexistencia de algo que no existe. Los llamamientos para que se realicen más estudios son cautelares, ya que no hay pruebas concretas de que se hayan producido daños en la salud.

Otros científicos, como Dariusz Leszczynski, profesor adjunto de bioquímica en la Universidad de Helsinki y autor de un blog sobre la radiación y la salud de los teléfonos móviles, tienen opiniones más polarizadas:

Los riesgos asociados con la 5G son posibles o probables. Se necesita mucha más investigación, que debería financiarse mediante algún tipo de "impuesto de investigación" sobre la industria de las telecomunicaciones, antes de que podamos comprender adecuadamente los riesgos para la salud.