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Monitoreo de gas en el almacenamiento de alimentos congelados y secos
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Desde el encurtido, la salazón, el enlatado o la gelatina, todos estos enfoques tienen diferentes efectos sobre las propiedades de los productos conservados y son adecuados para diferentes tipos de alimentos. Dos de los métodos más utilizados para la conservación de alimentos son el almacenamiento de alimentos secos y congelados.
Las bajas temperaturas que intervienen en la congelación de los alimentos matan e impiden el crecimiento de bacterias y otros microorganismos y ayudan a reducir la pérdida de nutrientes. El secado de los alimentos, por otro lado, logra la inhibición del crecimiento bacteriano eliminando la humedad de los alimentos y ralentizando la actividad de las enzimas junto con esto.
Además de que las condiciones atmosféricas durante el proceso de congelación o secado son importantes para maximizar la calidad del producto, las proporciones relativas de los diferentes gases atmosféricos y la humedad también son cruciales durante el almacenamiento de los alimentos en conserva. En el caso de los productos secos como la harina o los cereales, las "condiciones atmosféricas modificadas", o el almacenamiento de los alimentos en una mezcla específica y controlada de gases, pueden prolongar la vida útil hasta tres veces, al inhibir las reacciones químicas que conducen a la degradación y al deterioro.
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