Esta es una traducción automática. Para ver el texto original en inglés
haga clic aquí
#Tendencias de productos
{{{sourceTextContent.title}}}
Detener los gérmenes en su camino
{{{sourceTextContent.subTitle}}}
Las infecciones por contacto con virus, hongos y bacterias ya eran un problema incluso antes de la pandemia, y ahora Ganter amplía su gama de productos antibacterianos Sanline.
{{{sourceTextContent.description}}}
Las bacterias con alta resistencia a las terapias antibióticas comunes han ido en aumento durante años, especialmente en los hospitales. Estas infecciones pueden convertirse en un grave problema incluso fuera de los centros sanitarios. Las residencias de ancianos, las guarderías, las escuelas y las instalaciones de producción de alimentos, así como
las explotaciones ganaderas a gran escala también son lugares con un riesgo importante.
Una parte de la solución tiene que ver con las superficies con las que las personas entran en contacto, es decir, manillas, botones, interruptores, enchufes, mesas, teclados e incluso pantallas táctiles. Las bacterias, los hongos y los virus pueden acumularse en estos lugares, formar una biopelícula que facilite su crecimiento y acabar transfiriéndose al siguiente usuario. Por tanto, interrumpir de forma fiable esta vía de transmisión tan sencilla es un
objetivo que merece la pena. Cuantos menos microorganismos haya en esas superficies, menor será el riesgo de infección.
La limpieza y desinfección frecuente es una solución, pero es propensa a errores y puede presentar lagunas problemáticas. Es mucho más eficaz y fiable que las propias superficies tengan un efecto antimicrobiano. Los microorganismos que entran en contacto con estas superficies se desactivan automáticamente, lo que impide su transmisión
Además, estos efectos pueden ser muy duraderos
Ganter comenzó a abordar este problema social tan relevante hace años añadiendo protección antibacteriana a toda una serie de piezas estándar, agrupadas en la familia de productos Sanline. Los distintos elementos de manipulación -botones, palancas manuales, asas en U y tuercas de mariposa- utilizan dos principios diferentes. En el caso de los plásticos, se mezclan aditivos especiales con iones de plata, mientras que las piezas metálicas reciben
metal se recubren con polvo a base de molibdato de zinc
Ambos principios destruyen las paredes celulares de los microorganismos, provocando su muerte. Para el ser humano, el contacto con estas superficies activadas no supone ningún riesgo. Los aditivos a base de molibdato de zinc son especialmente interesantes. Con la ayuda de la humedad del aire, se forma en las superficies una película ácida con un pH de aproximadamente 4,5, similar a la de la piel humana. Los protones ácidos penetran en la membrana celular de las
bacterias, destruyéndolas rápidamente.
Ambos principios siguen siendo eficaces durante mucho tiempo, incluso a pesar de las limpiezas frecuentes. Nota: Las propiedades antibacterianas no sustituyen a la limpieza ni a la desinfección, pero sirven como medida adicional de larga duración.