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Eliminación del amianto
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La contención del área de trabajo durante las operaciones de eliminación del amianto es un paso esencial antes de proceder a cualquier acción en el lugar de trabajo.
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El amianto, un material peligroso y cancerígeno, es muy volátil. Sus fibras pueden dispersarse muy fácilmente y pueden ser inhaladas, lo que conduce a enfermedades potencialmente graves.
Los peligros del amianto
En el último siglo, el amianto se ha utilizado en muchas áreas por sus excepcionales características y propiedades: edificios, industrias, equipos, decoración, etc.
El amianto no carece de cualidades: aislamiento térmico y fónico, tiene buenas prestaciones mecánicas y químicas, también resiste al calor intenso.
Sin embargo, este material mineral natural fibroso fue reconocido como peligroso y cancerígeno en 1997. Un importante problema de salud pública, el amianto sigue presente hoy en día en los edificios construidos antes de esa fecha. Su peligrosidad se debe a las finísimas fibras que lo componen y que pueden ser inhaladas. La exposición a este material puede conducir a varias enfermedades, incluso muchos años después, como el cáncer broncopulmonar.
Varias normas rigen la manipulación de este material durante las obras de renovación, lo que permite eliminar el amianto y reducir al mismo tiempo los riesgos de exposición.
Contención de la zona de trabajo de eliminación del amianto
Durante las operaciones de retirada de amianto, el área de trabajo debe ser sometida a una presión negativa. Este es un paso esencial e indispensable antes de comenzar cualquier trabajo. El vacío y el confinamiento del área de trabajo evita cualquier dispersión de las fibras de amianto, filtrando el aire contaminado y reintroduciendo un flujo de aire limpio.
La ventilación implementada en los sitios de remoción de asbesto asegura que la zona de riesgo de asbesto esté a una presión negativa y que la concentración de fibras en suspensión en el área confinada sea mínima. Antes de iniciar los trabajos, la estimación del nivel de polvo en los procesos permite definir las medidas que deben aplicarse y, en particular, las características de la presión negativa en la zona de trabajo, ya que la tasa de renovación del aire puede variar. Para ser efectiva, la renovación del aire debe ser constante y estable.
Como medida de seguridad, la calidad del aire fuera de la zona confinada debe ser supervisada durante toda la fase de trabajo (antes, durante y después). Esta vigilancia proporciona información en tiempo real sobre la calidad del aire y asegura que el contaminante no se escape de la contención.
La eliminación del amianto es uno de los trabajos que implica trabajar en sitios de difícil acceso. Por lo tanto, es esencial utilizar soluciones eficaces para intervenir en las mejores condiciones.
El Cyclair 300 Asbestos, un dispositivo de presión diferencial adecuado para la remoción de asbesto
Especialmente adecuado para la eliminación de amianto, el Cyclair® 300 Amiante (Amianto) es un dispositivo de presión diferencial compacto y portátil. Puede utilizarse durante las intervenciones que requieren la protección de los operadores, como las operaciones de eliminación del amianto. Su tamaño y peso, menos de 17 kg, lo convierten en un dispositivo de presión diferencial particularmente adaptado para el aspirado de zonas confinadas de difícil acceso.
El Cyclair 300 Asbestos forma parte del equipo de ventilación específico que se instalará en los sitios de remoción de asbesto, que permite ventilar y renovar el aire en el área confinada. El dispositivo de presión diferencial filtra el aire que fluye a través de él, depurando así el aire contaminado gracias a una eficiencia de filtrado de más del 99,9%. Este altísimo nivel de filtración se ha desarrollado para responder a los problemas del sector nuclear.
Recubierto con una pintura descontaminable, el Cyclair 300® Asbesto se adapta perfectamente al confinamiento dinámico de las zonas contaminadas por el amianto. Se transporta fácilmente usando un asa o una correa y también se puede llevar en la espalda.
El CYCLAIR® 300 Asbestos está equipado con un ventilador monofásico de 230 V con accionamiento de velocidad variable que asegura un caudal de aire de extracción de 300 m3/h. El aire contaminado es aspirado a través de conductos flexibles (longitud 3 m) equipados con conexiones ZAG. Un manómetro de aguja mide continuamente la contaminación del filtro.
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