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#Libros blancos
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Medias esferas para los circuitos moleculares
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El trabajo no sólo se destapa el potencial de esta molécula
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Imagínese el tomar de un fullerene (C60) y el cortar de él por la mitad como un melón. Qué usted consigue es un corannulene (C20H10), una molécula que, según un estudio apenas-publicado conducido con la colaboración de SISSA, podría ser un componente importante de los “circuitos moleculares futuros”, es decir, los circuitos miniaturizados al tamaño de moléculas, que se utilizará para las varias clases de los dispositivos electrónicos (transistores, diodos, etc.).
Fullerene es una molécula muy popular: buckybowl también llamado, se forma de los átomos de carbón dispuestos en una red hexagonal formada como una esfera de hueco. Es un material intenso estudiado que exhibe características interesantes en diversos campos. Aunque c60 se sabe para contener los “estados vacíos” (de una naturaleza muy especial conocida como estados del superatom del buckybowl, BSS) capaces de aceptar electrones, estos estados se encuentran en las energías muy altas, una característica que las haga difíciles explotar en dispositivos electrónicos.
Los electrones en circuitos electrónicos tienen que poder viajar fácilmente. “En fullerene los niveles de energía del tipo de BSS capaz de acomodar “electrones que viajan” son difíciles de alcanzar enérgio”, explican Layla Martin-Samos, investigador en Democritos IOM-CNR y SISSA y entre los autores del estudio publicado en la física del producto químico de la química física. “Corannullene, por una parte, parece ser adaptado mucho mejor al propósito, según lo demostrado por nuestros cálculos”.
Martin-Samos y los colegas habían estudiado ya las características ópticas de esta molécula. “Este vez en lugar de otro nos centramos en sus características electrónicas con énfasis especial en el estudio de BSS”. Las observaciones - teóricas y basadas en simulaciones de computadora - de Martin-Samos y de colegas demuestran que BSS en corannulene están encontrados en los niveles de una energía mucho más baja comparados al fullerene y pueden por lo tanto ser alcanzados más fácilmente. “Esto hace el material que un candidato anticipado excelente a la construcción de circuitos electrónicos” continúa Martin-Samos. “De hecho si ponemos las moléculas al lado de una otras del corannulene en una fila, los electrones fluirán fácilmente a partir del uno al siguiente, formando una clase de túnel que componga el circuito”.
“Nuestro trabajo no sólo destapó el potencial de esta molécula, pero también sirvió como guía para el análisis experimental subsecuente, indicando donde y lo que a mirar y que reduce la época y el coste de los experimentos. Los investigadores han acabado recientemente de recoger los datos experimentales y ahora van a comenzar su análisis para verificar experimental lo que observamos en nuestra simulación. Somos guardando nuestros dedos cruzados: quién sabe, en el tiempo de algunos meses puede ser que celebremos”.