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¿Por qué usar contadores volumétricos para mejorar la productividad?
¿Qué es un contador volumétrico?
Los contadores volumétricos son dispositivos, normalmente de material metálico o plástico, diseñado específicamente para medir y visualizar el volumen de fluido que atraviesa su cámara de medición. Éste puede estar instalado en línea con la tubería del sistema o directamente en una pistola de suministro.
Los contadores volumétricos suelen clasificarse por el tamaño de las conexiones de entrada/salida del fluido, el material del que están fabricados, el rango de caudal y la presión máxima de servicio.
Los contadores volumétricos sirven para todo tipo de fluido y para todo tipo de aplicación (mantenimiento de vehículos, industria, etc.). En función de la aplicación y del fluido que estén midiendo, se puede escoger un contador con mayor o menor rango de caudal y conexión de entrada/salida, satisfaciendo de esta forma cualquier necesidad, siempre que sean de un material compatible con el fluido a medir.
¿Por qué usar un contador volumétrico?
Conociendo que son, cómo se clasifican y para qué sirven, ofrecen una serie de ventajas en las operaciones o procesos de producción donde sean utilizados:
Medición precisa: están diseñados para medir con precisión el volumen del fluido dispensado.
Incremento de la productividad: al ser un sistema de medición fiable, facilitan el control de la cantidad suministrada, permitiendo emplear menos tiempo en cada operación.
Optimización de costes: al conocer la cantidad precisa de fluido suministrado, es posible evitar desperdicios y minimizar los gastos innecesarios asociados con el exceso de fluido suministrado.
Seguridad: permiten suministrar la cantidad precisa de fluido que se requiere para el mantenimiento, y poder evitar problemas futuros por una lubricación insuficiente o excesiva. Por otro lado, gracias a los contadores evitamos el uso de jarras medidoras, en las cuales el fluido puede derramarse sobre la zona de trabajo.
¿Qué tipos de fluidos pueden medir?
Son capaces de medir todo tipo de fluidos, desde los de menor viscosidad como es el caso de los fluidos base agua hasta fluidos de muy alta viscosidad como pueden ser las grasas de lubricación.
Existe una diferencia importante en la medición de fluidos de baja y media viscosidad con los de alta viscosidad. Los fluidos de baja y media viscosidad se miden en unidades de volumen mientras que los de alta viscosidad se miden en unidades de masa.
Aquellos que son de alta viscosidad, como la grasa se caracterizan por tener una difícil medición. Por su parte, los que son de base agua y aceites, pueden ser medidos con una precisión de 0,5 %, mientras que las grasas tienen una precisión entre un 2 y un 3 %.
¿En qué aplicaciones e industrias se aplica grasa?
La grasa se trata de un lubricante semisólido compuesto de aceite, espesante y aditivos, un componente vital en diversas industrias. Caracterizada por su capacidad para reducir la fricción, proteger las superficies y mejorar el rendimiento de la maquinaria, la grasa tiene numerosas aplicaciones en una amplia gama de industrias proporcionando beneficios en cada una de ellas.
Industria del automóvil:
Depende en gran medida de la grasa para garantizar el buen funcionamiento y la longevidad de numerosos componentes. La grasa proporciona una película protectora que reduce el desgaste y la fricción, y ayuda a soportar las cargas pesadas, los choques y las vibraciones habituales en los vehículos.
Industria de la construcción y maquinaria pesada:
La grasa es vital para el correcto funcionamiento de diversos componentes. Se utiliza en excavadoras, grúas, cargadoras y otra maquinaria de construcción. La grasa ayuda a lubricar pasadores, bujes, guías y sistemas hidráulicos, garantizando un funcionamiento suave, evitando la corrosión y prolongando la vida útil de los equipos.
Fabricación y maquinaria:
La grasa tiene un papel fundamental donde la maquinaria y los equipos funcionan en entornos exigentes. Se utiliza para minimizar la fricción, reducir el ruido y evitar el desgaste. La grasa también protege contra los contaminantes y prolonga la vida útil de la maquinaria, lo que se traduce en una mayor productividad y un menor tiempo de inactividad.
Industria naval:
La grasa se utiliza mucho, donde los equipos y la maquinaria están expuestos a entornos hostiles de agua salada. Se utiliza en motores marinos, bocinas, hélices, cabrestantes y maquinaria de cubierta. La grasa ofrece resistencia a la corrosión, resistencia al agua y una gran capacidad de carga, garantizando una lubricación fiable y protección frente a las difíciles condiciones marinas.
Generación de energía:
Depende de la grasa para garantizar el funcionamiento eficaz y fiable de turbinas, generadores y otros equipos. La grasa se utiliza para minimizar la fricción, reducir la generación de calor y mejorar el rendimiento. También proporciona protección contra la humedad, los contaminantes y la oxidación, contribuyendo a prolongar la vida útil de los equipos.
Industria aeroespacial:
La grasa es indispensable para aplicaciones críticas que exigen una lubricación fiable en condiciones extremas. Se utiliza en motores de aviones, trenes de aterrizaje, actuadores y sistemas de control. La grasa ayuda a mantener un movimiento suave, evitar la corrosión y soportar las altas temperaturas y presiones que se dan durante el vuelo.
La pregunta que debemos hacernos es…¿Por qué es importante medir grasas de alta viscosidad?
Teniendo en cuenta lo anteriormente descrito y debido a que las grasas no se aplican en cantidades tan grandes como los aceites, mayoritariamente se suministran “a ojo’’, con lo que conlleva un peor control de suministro y lo que ello genera. Por lo tanto, la medición de la grasa es importante por varias razones:
Mantenimiento óptimo: la aplicación precisa de la cantidad requerida garantiza una lubricación adecuada, evitando posibles daños o fallos de funcionamiento.
Longevidad de los componentes: la cantidad precisa de grasa proporciona una óptima protección de los equipos, minimiza la fricción entre componentes y regula la temperatura, alargando su longevidad y por tanto del propio equipo.
Mayor rendimiento y eficiencia: midiendo y aplicando la cantidad correcta de grasa, los equipos pueden funcionar con suavidad, reduciendo las pérdidas por fricción. Esto contribuye a un rendimiento óptimo y a una mayor eficiencia del combustible.
Gestión de costes: las grasas pueden ser caras y conocer la cantidad suministrada evita desperdiciar la grasa y así minimizar y controlar los costes por la compra de este fluido.
En general, la medición y aplicación precisa de las grasas lubricantes de alta viscosidad es crucial para garantizar la calidad y funcionamiento de los equipos, gestionar los costes, proteger y alargar la vida útil de los equipos, y mejorar el mantenimiento en diversas aplicaciones industriales.
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