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El aire comprimido: ¡una fuente de energía indispensable y un gran derroche de dinero!

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La detección de fugas es una operación sencilla que ofrece una rentabilidad real: una pequeña inversión que puede generar un ahorro sustancial.

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El aire comprimido es demasiado caro para desperdiciarlo

El aire comprimido representa alrededor del 15% del consumo energético de la industria en todo el mundo. Pero representa el 70% del gasto total en consumo de energía. Mientras que el aire es gratuito, el aire comprimido es muy caro debido a su baja eficiencia, de un máximo del 10%. El coste de un kWh de energía neumática es 10 veces superior al de un kWh de electricidad.

Una fuga de 2 mm equivale a una pérdida de 260 l/N-m a 7 bar y a un sobreconsumo adicional del compresor de 2,5 kW. Para un funcionamiento continuo con una tarifa (base) de 12 euros por kWh, esta fuga supondrá por sí sola una pérdida de 2 000 euros al año. Esta suma debe multiplicarse por el número de fugas, una cifra que a menudo se subestima.

Con el incesante aumento de los costes de la energía en la actualidad, la historia es aún más diferente