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Descubra 10 alternativas a la harina de trigo
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Harina de maíz, harina de alforfón, harina de mijo, harina de castaña, harina de garbanzos, harina de quinoa, harina de espelta, harina de fécula de patata, harina de arroz, harina de lentejas... ¡Las alternativas a la harina de trigo!
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Harina de trigo
Existen dos tipos de trigo: el trigo blando y el trigo duro.
El trigo blando es un grano más bien pequeño y opaco, que se utiliza principalmente para hacer harina y pan.
El trigo duro, en cambio, es más largo y translúcido. Se suele utilizar para aplicaciones como la pasta y la sémola.
La harina blanca es un componente básico de muchos alimentos que consumimos. A diferencia de la harina blanca (tipo T45, T55, T65, T80), la harina integral (tipo T110, T150, T170) conserva la mayor parte o la totalidad de la capa externa del cereal, también conocida como salvado.
La harina integral es, por tanto, una fuente importante de fibra, hierro y vitamina B, esenciales para el buen funcionamiento del organismo. Se puede encontrar en las tiendas, a menudo en forma ecológica. Desde el punto de vista práctico, puede utilizarse del mismo modo que la harina de trigo blanco para hacer galletas, gofres, pasteles, tortitas, etc.
Harina de maíz
El maíz puede encontrarse en forma de harina, sémola o almidón, dependiendo de su finura. Esta harina, rica en almidón y sin gluten, es apreciada por su sabor neutro, que la hace fácil de combinar con diversos alimentos. La harina de maíz se caracteriza por su color ligeramente amarillo, que confiere a distintas preparaciones. Esta harina tiene beneficios para la salud; es rica en proteínas, calcio, hierro y fibra, y proporciona la energía necesaria para un día completo, al tiempo que es baja en calorías.
Harina de alforfón
La harina de alforfón, también conocida como trigo negro, es rica en fibra, proteínas y antioxidantes. Esta harina sin gluten tiene un sabor muy característico. Su textura densa y su sabor pronunciado pueden hacer necesario mezclarla con otras harinas más neutras. Su bajo índice glucémico permite consumirla a las personas que controlan sus niveles de azúcar en sangre.
Harina de mijo
La harina de mijo, originaria de África, es excelente para la salud. Rica en hidratos de carbono, vitaminas y minerales, es una buena fuente de nutrientes. Es altamente digestible y, por tanto, bien tolerada por dietas específicas. Esta harina sin gluten puede combinarse con una harina neutra para suavizar su sabor característico.
Harina de castaña
Menos conocida, la harina de castaña no contiene gluten y es rica en fibras y minerales. Además, aporta otros numerosos beneficios al organismo. Ofrece azúcares lentos para obtener energía a lo largo del día. Esta harina tiene una textura densa. Puede utilizarse sola o mezclada con otras harinas, aunque no es adecuada para la elaboración de pan si no se combina con otras harinas.
Harina de garbanzos
Los garbanzos, un verdadero activo para la salud, también están disponibles en forma de harina. La harina de garbanzos es una excelente fuente de proteínas y una alternativa a la harina de trigo. Esta harina sin gluten es muy apreciada por su consistencia fluida y su facilidad de uso.
Harina de quinoa
Fuente muy importante de proteínas y fibra, la quinoa también es apreciada por las personas intolerantes al gluten. En forma de harina, tiene un sabor ligeramente amargo, por lo que se recomienda mezclarla con otra harina sin gluten.
Harina de espelta
La espelta es un primo del trigo. Esta familia de cereales se compone de dos tipos de granos: la espelta grande y la espelta pequeña, también conocida como einkorn. La espelta grande es una variedad antigua de cereal, que se distingue por su alto contenido en proteínas. Sin embargo, la harina contiene gluten, aunque su contenido es inferior al del trigo. Rica en nutrientes, la harina de espelta contiene proteínas y aminoácidos esenciales para nuestro organismo. La harina de espelta grande puede utilizarse para hornear. Se la llama la harina antiestrés porque es más rica en proteínas, así como en magnesio, zinc, hierro y cobre que la harina de trigo. Su sabor es más sutil que el de la harina de espelta pequeña. La espelta pequeña, también conocida como einkorn, es una alternativa a la harina integral. Es uno de los pocos cereales que posee los 8 aminoácidos esenciales. Además, este cereal es bajo en gluten, lo que lo hace apto para las personas intolerantes al gluten. Esta antigua variedad de cereal será especialmente apreciada por quienes buscan el sabor rústico que ofrecen las variedades antiguas, añadiendo un toque gourmet.
Harina de fécula de patata
La fécula corresponde al almidón presente en la planta; se extrae de los tubérculos de la patata. Rica en almidón y sin gluten, es más ligera que la harina. Una vez reducida a harina, se utiliza para espesar salsas, por ejemplo.
Harina de arroz
La harina de arroz blanco, rica en almidón, se obtiene a partir de granos de arroz refinados. Es una de las harinas sin gluten más utilizadas por su sabor neutro. Fluida y ligera, es desmenuzable, por lo que debe combinarse con otra u otras harinas para obtener una textura satisfactoria. Es preferible combinar dos harinas sin gluten para sustituir la harina de trigo. Su índice glucémico es elevado, por lo que no se recomienda a las personas que controlan su peso y/o su glucemia. Las personas intolerantes al gluten suelen utilizarla como sustituto de la harina de trigo. La ventaja de la harina de arroz reside en su perfecta combinación con todas las demás harinas. La harina de arroz integral es más interesante desde el punto de vista nutricional que la harina de arroz blanco y aporta un sabor ligeramente pronunciado. Puede utilizarse del mismo modo que la harina de arroz blanco, pero su sabor menos neutro le dará más carácter.
Harina de lentejas
Las lentejas son una legumbre naturalmente sin gluten. En consecuencia, la harina de lentejas es una muy buena alternativa a la harina de trigo, ya que es una harina sin gluten rica en fibra. Esta harina proporciona la energía que necesita el organismo a lo largo del día.