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EUROPA, HACIA EL PASAPORTE DIGITAL EN CIRCULARIDAD QUE FACILITE EL RECICLAJE TEXTIL
Europa tiene un problema con sus residuos textiles.
El consumo europeo de productos textiles ocupa el cuarto lugar por su impacto sobre el medio ambiente y el cambio climático, por detrás de la alimentación, la construcción y la movilidad. El sector, sin embargo, se encuentra a la cola en el reciclaje. Cada europeo desecha 11 kilos de ropa al año, lo que equivale a unos 7,5 millones de toneladas de residuos, de los que solo se recoge entre un 30 y un 35 %, y solo un 1 % se recicla para fabricar nuevos tejidos.
EUROPA QUIERE ACTIVAR LA ECONOMÍA TEXTIL CIRCULAR
Sin embargo, ya se han dado los primeros pasos para revertir esta situación apostando por la transformación de los residuos en un recurso y así activar la economía circular en el sector textil a gran escala. Por un lado, EURATEX, la entidad que representa los intereses de la industria textil europea, impulsa desde 2020 la iniciativa ReHubs (recycling hubs), que trabaja en la elaboración de una hoja de ruta para reciclar, fibra a fibra, 2,5 millones de residuos textiles ( entre 18 a 26% de los residuos) en 2030.
Y, por otro lado, la Ley Europea de Residuos, que obligará a la recogida selectiva de residuos textiles en 2025 y se circunscribe en la Estrategia de la Unión Europea sobre Productos Textiles Sostenibles y Circulares. Esta estrategia incluye nuevos requisitos de diseño y calidad que facilitan el reciclaje, establece mínimos obligatorios de fibras recicladas en nuevos textiles y propone crear un pasaporte digital con información sobre circularidad que facilite el reciclaje de tejidos.
De esta forma, el sector deberá integrar la circularidad en sus modelos de negocio y minimizar su huella ambiental, minimizando los residuos textiles y manteniendo los materiales en el ciclo de consumo y producción el mayor tiempo posible. En este sentido, para cumplir con la normativa y atraer consumidores, cada vez más orientados hacia la sostenibilidad, tanto la industria como los gobiernos tendrán que impulsar cadenas de valor más verdes, pero también más justas en términos de igualdad de género y condiciones laborales.
FRANCIA, LÍDER EN CIRCULARIDAD TEXTIL
Uno de los países que ha acelerado la transición a la circularidad es Francia. Este país es, por ejemplo, pionero en la implantación del sistema de Responsabilidad Ampliada del Productor, obligatorio a partir de 2025, que obliga a las marcas a pagar por cada producto comercializado para cubrir su gestión cuando se convierte en residuo. Esta tasa recauda unos 25 millones de euros anuales, que sirven para pagar a los clasificadores y premiar a los ayuntamientos que fomentan la separación y recogida de ropa.
Francia, sin embargo, ha implementado otras medidas como la obligación de un porcentaje mínimo de reutilización e incorporación de materiales reciclados en los productos adquiridos por sus administraciones públicas (20%). El resultado de esta apuesta por el reciclaje textil es evidente. Francia cuenta con más de 46.000 puntos de recogida de residuos textiles y su tasa de recogida es ahora del 38% del material en circulación. Francia se perfila así como el ejemplo a seguir para avanzar en la circularidad del sector textil.
El resto de Europa va a la zaga de Francia. Alemania, por ejemplo, tiene una alta tasa de recolección para reutilización y reciclaje. Recoge el 75 % de sus textiles, pero la mayor parte se recicla para su uso en aplicaciones de menor valor, como aislamiento o material de relleno. Italia, por su parte, solo recoge el 15% de sus residuos textiles para su reutilización, pero importa grandes cantidades de residuos para reciclar. La ciudad de Prato, por ejemplo, es la verdadera capital mundial de la fabricación de materiales textiles reciclados. En 2017 convirtió 142.000 toneladas de residuos textiles en nuevas fibras.
ESPAÑA, EMPRESAS TECNOLÓGICAS COMO PICVISA EN EL PACTO POR EL RECICLAJE TEXTIL
Una situación muy diferente a la española, todavía lejos de los objetivos marcados para 2025. Un estudio de la cooperativa Modare, impulsada por Cáritas, asegura que España solo recoge algo más del 12% de los residuos textiles que genera anualmente y que casi un millón toneladas van directamente al vertedero. En los últimos años, sin embargo, algunas iniciativas están tratando de revertir la situación. Por un lado, grandes grupos como Inditex, Mango, El Corte Inglés o H&M impulsan la colaboración con instituciones, casi siempre del Tercer Sector, orientada a la recogida de ropa usada.
Por otro lado, el Consejo Intertextil Español (CIE), la Confederación ModaEspaña y la Federación de Industrias Españolas del Calzado (FICE) han iniciado un plan de transformación para el desarrollo sostenible de la industria textil. Una tercera iniciativa es el Pacto por la Moda Circular de Cataluña, que busca sumar a la industria para responder de forma conjunta y eficaz a los retos del sector con objetivos comunes y generando instrumentos que faciliten su transformación hacia un modelo circular.