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En gestión de reciclaje de vidrio, la tecnología logra que Europa esté por delante de Estados Unidos
En gestión de reciclaje de vidrio, la tecnología logra que Europa esté por delante de Estados Unidos
Reciclaje de vidrios
En gestión de reciclaje de vidrio, la tecnología logra que Europa esté por delante de Estados Unidos
Después de triturarlo, mezclarlo y derretirlo junto con arena y otros materiales, el vidrio se puede reciclar infinitamente. Hacerlo beneficia a los fabricantes, al medio ambiente y a la ciudadanía, que cada día está más concienciada al respecto, aunque en unos países más que en otros. En Europa el sector del vidrio apuesta cada vez más por la tecnología para ser más eficiente y sostenible, de ahí que, en buena medida, sus tasas de reciclaje sean más altas en comparación con Estados Unidos. Mientras que en EEUU, los Estados con las tasas más altas rondan el 65%, en Europa (UE-27), esa tasa se mantuvo alta en 2023, aunque los datos específicos pueden variar en función de la fuente consultada; según Eurostat, fue del 76%.
Dinamarca alcanzó una deslumbrante tasa de reciclaje del 98%, mientras que Suecia, Bélgica, Luxemburgo, Austria y Alemania, destacaron con tasas superiores al 90%. En España, según Ecovidrio, la tasa alcanzó el 70,1%; el 90% de los residuos de envases de vidrio recuperados son recogidos del contenedor verde y separados en origen, lo que garantiza la gran calidad del reciclaje. San Sebastián —con 38,3 Kg/hab— es la ciudad que lidera el ranking de aportación ciudadana a la recogida selectiva de ese tipo de envases.
Toma de conciencia
En general, los habitantes de EEUU convierten las botellas viejas en nuevas a tasas mucho más bajas que los habitantes de otros países, aunque muy poco a poco van mejorando. Así lo demuestran las cifras referidas al reciclado de vidrio, material que en aquel país suele acabar en los vertederos: en 2023, según el informe de sostenibilidad elaborado por el fabricante de vidrio norteamericano O-I Glass, se reciclaron más de 100.000 toneladas de vidrio. Es un avance significativo, derivado del aumento de los programas de educación pública y de las campañas de concienciación que animan a los consumidores a reciclar. Los habitantes más concienciados son los de Maine, Vermont, Massachusetts, Iowa, Oregón, Nueva York y California. Con todo, no es ningún secreto: EEUU suspende en reciclaje, y no sólo en el referido al vidrio.
Hay informes que evidencian que las discrepancias en la tasa de reciclaje entre EEUU y otros países se deben principalmente a las diferencias en las políticas gubernamentales, así como en la educación y los hábitos de los consumidores. Pero existen otras razones que justifican la disparidad entre EEUU y Europa referida al reciclaje del vidrio.
Por ejemplo, en la UE, su reciclaje suele ser más centralizado y organizado a escala nacional o regional, con sistemas de recolección bien establecidos y regulados. Por el contrario, en EEUU, el reciclaje de vidrio puede variar significativamente de un Estado a otro, cuyos programas y políticas son diferentes entre sí. Por otra parte, mientras Europa pone en marcha numerosas iniciativas y campañas de concienciación para promover el reciclaje de vidrio —muchas respaldadas por gobiernos y organizaciones ambientales—, en EEUU tanto la promoción del reciclaje como el apoyo que recibe son más inconsistentes.
Además, en la UE, la infraestructura para el reciclaje de vidrio está más desarrollada, con plantas para su gestión especializadas y tecnologías avanzadas. Sorprendentemente, en algunas regiones de EEUU esa infraestructura está menos desarrollada, lo que puede afectar a la eficiencia del reciclaje. Por otra parte, en Europa es común separar el vidrio por colores (transparente, verde, ámbar) para facilitar el proceso de reciclaje, mientras que en EEUU, esta práctica puede no ser tan uniforme en todas las regiones.
Estas diferencias reflejan las variaciones en las políticas ambientales, la infraestructura y la cultura del reciclaje entre EEUU y Europa. Porque la inferioridad de EEUU con respecto a la recuperación y reutilización del vidrio no es el resultado de una falta de conocimientos técnicos.
El poder del calcín
El vidrio reciclado suele formar parte de la receta para fabricar vidrio nuevo. De hecho, los fabricantes de envases de vidrio mezclan regularmente el calcín —un material granular fabricado con el triturado de botellas y frascos— con arena, piedra caliza y otros materiales brutos. De esta forma, producen el vidrio fundido necesario para fabricar nuevas botellas y frascos.
Todos los agentes del sector coinciden al señalar que el uso de calcín beneficia a los fabricantes de vidrio, al medio ambiente y a los consumidores. Y al menos en EEUU, las encuestas muestran que la ciudadanía estadounidense está abrumadoramente a favor del reciclaje de vidrio y lo consideran importante. Sin embargo, a medida que el porcentaje de vidrio reciclado en España y el Reino Unido, por ejemplo, se ha duplicado y triplicado en los últimos 25 años, respectivamente, las cifras en Estados Unidos apenas se han movido.
En definitiva, aunque haya muchas razones por las que no se recicla más vidrio en EEUU, el déficit en este país no sólo se reduce a la interacción entre la calidad y la disponibilidad de calcín ni a los procesos de fabricación de vidrio. Por eso, en los últimos años, diversos agentes estadounidenses relacionados con la industria del reciclaje, con el sector del vidrio y el propio Gobierno, han incrementado sus esfuerzos para aumentar las tasas de reciclaje en los distintos Estados.
En Europa, desde 2022 —Año Internacional del vidrio—, la Federación Europea de Envases de Vidrio (FEVE) ha impulsado la fabricación del primer horno híbrido de oxicombustión a gran escala. Permitirá la sustitución de combustibles fósiles (el 80% del gas natural) por energías renovables. Esto implica que logrará reducir las emisiones de CO2 entre un 50% y un 60%. Felizmente, la UE dará un paso definitivo para llegar a producir vidrio con el mínimo impacto climático.
La tecnología, una pieza clave
La mejora tecnológica de las plantas de clasificación de residuos es esencial para aumentar las tasas de reciclaje, conseguir agilizar los procesos y aumentar su eficiencia. Por ejemplo, la visión artificial de amplio espectro y la robótica son estratégicos. En concreto, el separador óptico de PICVISA ECOGLASS está diseñado para trabajar en procesos de recuperación de vidrio y limpieza en diferentes flujos, y es fácilmente adaptable a diferentes procesos donde el material está triturado y requiere versatilidad, rapidez y precisión en la identificación, separación o limpieza mediante criterios de color y forma.
En definitiva, las nuevas tecnologías, como la de PICVISA, han logrado que el reciclaje de vidrio sea una auténtica historia de éxito europea, consiguiendo múltiples beneficios ambientales: evita la extracción de materias primas de la naturaleza y supone un ahorro de emisiones de CO2 (medio millón de toneladas) y energía en el proceso de producción de nuevos envases (40%).
En el deseado y necesario proceso de transición a una economía circular, y en un momento de emergencia climática como el actual, el vidrio juega ya un papel de primer orden, y la oferta tecnológica de PICVISA se propone impulsar que así sea.