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Residuos en playas: un fallo en la responsabilidad ciudadana y en la gestión del reciclaje

Residuos en playas: un fallo en la responsabilidad ciudadana y en la gestión del reciclaje

ECONOMÍA CIRCULAR, RECICLAJE DE RESIDUOS

Residuos en playas: un fallo en la responsabilidad ciudadana y en la gestión del reciclaje

España encadena 30 años con récord de playas distinguidas con bandera azul, una insignia que otorga la Fundación Europea de Educación Ambiental (FEE, por sus siglas en inglés). En 2024, son 638 las playas españolas donde ondean estos estandartes, 11 más que el año pasado, lo que pone a nuestro país a la cabeza en número de distinciones a escala mundial. Dentro de Europa, le siguen a España: Grecia (con 625 playas), Turquía (567), Italia (485), Francia (398), Portugal (398), Dinamarca (142), Croacia (68), Países Bajos (57) y Alemania (35).

Para optar a una bandera azul, la playa debe satisfacer y mantener una serie de estrictos criterios ambientales, educativos, de seguridad y accesibilidad. Entre los requisitos, cabe destacar que cumpla con la legislación ambiental, en concreto, con la Ley de Costas. Además, la playa debe estar limpia y disponer de una adecuada gestión de residuos, incluyendo la recogida selectiva de envases, papel, vidrio, etc.

¡Cuidado, la basura es nómada! Se puede trasladar por los ríos y océanos para acabar acumulándose en las playas. Estos residuos dañan los hábitats físicos, transportan contaminantes químicos y acaban por ser una amenaza para la vida acuática. Tanto es así que las consecuencias de las actividades humanas en los ecosistemas costeros y marinos dieron como resultado declarar un Día Internacional de Limpieza de Playas (World Clean Up Day): se conmemora cada tercer sábado de septiembre y convoca a la ciudadanía a participar en las labores de limpieza del litoral.

Porque resulta alarmante descubrir que, según un estudio de Libera publicado el pasado marzo, el 96% de las personas que viven en España declara haber encontrado alguna vez basura en nuestras playas. El problema no es menor, aunque la mitad de los encuestados asegure recoger basura ajena cuando la encuentra. Por fortuna, crece la toma de conciencia sobre el impacto negativo de la actividad humana en la naturaleza. Con todo, todavía persisten hábitos negativos, sobre todo, los de tirar colillas y plásticos en playas y montañas.

Utiliza un cenicero

¿Sabías que una colilla de cigarro puede contaminar hasta 50 litros de agua dulce? Muy pocas personas conocen este dato. Pero lo que sí hemos comprobado quienes disfrutamos de las playas es que las colillas son residuos muy frecuentes en estos espacios naturales, aunque no los únicos. Según el Barómetro de la basuraleza, publicado en junio de este año en el marco del proyecto Libera —una iniciativa puesta en marcha en 2017 por la organización ecologista SEO/BirdLife y Ecoembes—, los residuos más frecuentes en playas y mares, además de las colillas (que están fabricadas con plástico) son: tapas y tapones, piezas de plástico de más de 2,5 centímetros, bolsas y envoltorios.

Los responsables de Libera destacan también la presencia de algunos residuos tan dispares como los neumáticos (encontrados por un 10% de los encuestados), los muebles (5%), o los electrodomésticos (4,5%). Maderas, metales, vidrio, caucho, telas y papel, aunque son menos comunes, también se encuentran abandonados en las playas y fondos marinos, al igual que lo están los plásticos de un solo uso y los aparejos de pesca.

A la vista de estos datos, no es de extrañar la sensación experimentada por las personas encuestadas en relación con las playas: un 22% considera que están bastante sucias y un 6,6% dice que están muy sucias. Sin embargo, y curiosamente, el 17% de la población reconoce haber tirado alguna vez basura en una playa y casi un 7% afirma haberlo hecho en el mar. Es lamentable descubrir que la mitad de los encuestados afirma que playas y mares serán los entornos más perjudicados de aquí a cinco años.

Por qué dejamos residuos en las playas

El proyecto Libera indaga también en las razones por las cuales las personas abandonan sus residuos en la naturaleza. Los factores más comunes por los que la gente actúa de forma tan irresponsable son:

Despreocupación: el 63,2% de los encuestados admiten que no les preocupa el impacto ambiental de dejar residuos en la naturaleza.

Pereza: el 54,6% señala que les da pereza llevar su basura hasta un contenedor adecuado.

Comodidad: el 53,2% encuentra más cómodo abandonar la basura, en lugar de buscar una papelera.

Basura alrededor: el 27,6% siente que al ver basura en el suelo, no hay problema en dejar la suya también, reforzando así la acumulación de residuos.

Desconocimiento: el 20,4% son personas no conscientes del daño que pueden causar al medio ambiente al abandonar sus residuos en la naturaleza.

Es evidente: se precisa impulsar la toma de conciencia de los usuarios de playas y mares, lo que requiere formar y educarlos desde la infancia en conservación del medio ambiente. Y estas acciones se deben llevar a cabo a escala global, porque el turismo es en buena medida responsable de la basura que encontramos en las playas. Todo apunta a que ha llegado el momento de informar, formar, educar y de replantearnos un modelo turístico mucho más sostenible.

Evitar que los residuos lleguen a las playas es prioritario. Lo primero que debemos tener en cuenta es que todos podemos contribuir a multiplicar las banderas azules en las playas del mundo. De una parte, es responsabilidad de la ciudadanía hacer lo posible para integrar el reciclaje en la rutina diaria de las familias, y desde la infancia, contribuyendo en el desarrollo de una educación ambiental y una cultura del reciclaje, tan necesarias en nuestra sociedad. Por su parte, las organizaciones y entidades públicas deben tener en cuenta la tecnología disponible en el mercado para la separación y el reciclaje de residuos, como la que fabricamos y comercializamos en PICVISA.

Diseñamos, desarrollamos y producimos equipos de selección y clasificación para materiales valorizables. Basados en robótica, inteligencia y visión artificial, nuestros equipos están capacitados para seleccionar y clasificar estos materiales por composición, forma y/o color basándose en nuestro propio software, garantizando que se reciclan adecuadamente y se minimice su impacto en el medio ambiente. Con ello, se impulsa el desarrollo de la economía circular y, por supuesto, seremos capaces de mantener el buen estado de la naturaleza de la que tanto disfrutamos; especialmente en verano, de nuestras playas y mares.

Información

  • Barcelona, Spain
  • PICVISA