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Todo sobre el reciclaje de textiles y ropa

Todo sobre el reciclaje de textiles y ropa

Todo sobre el reciclaje de textiles y ropa

El proceso de recuperar fibra, hilo o tela para reprocesarlos en nuevos y útiles productos es una de las estrategias utilizadas para el reciclaje textil. La mayoría de los materiales utilizados en este proceso se dividen generalmente en dos categorías: residuos preconsumo y postconsumo. Los primeros surgen durante el proceso de fabricación: desde restos de tela hasta excedentes de producción, incluyendo productos defectuosos. Estos materiales se reutilizan para hacer nuevos prendas y, en otras industrias, para producir muebles, colchones, hilos gruesos, materiales de construcción para viviendas, componentes automotrices y papel. Los residuos postconsumo incluyen ropa, calzado y textiles para el hogar que han llegado al final de su vida útil. Para implementar estrategias efectivas de gestión de residuos textiles, esta distinción es esencial, al igual que la clasificación de los residuos textiles en diversas categorías de materiales:

Fibras naturales. El algodón, la lana y la seda son fácilmente reciclables porque son biodegradables. Sin embargo, su producción a menudo implica un uso intensivo de recursos naturales y puede causar impactos ambientales negativos, principalmente la deforestación y la contaminación del agua.

Fibras sintéticas. Derivadas de productos químicos y petróleo, las fibras sintéticas como el poliéster, el nailon y el acrílico son menos biodegradables y contribuyen a la contaminación del suelo, el agua y el aire. Además, la producción de fibras sintéticas a menudo implica el uso de recursos no renovables y la emisión de gases de efecto invernadero, lo que agrava su impacto ambiental.

Mezclas de fibras. Muchos prendas y textiles para el hogar están hechos de mezclas de fibras naturales y sintéticas, lo que complica su gestión y reciclaje. Requieren procesos especiales para separar y reciclar correctamente cada tipo de fibra, lo que puede aumentar los costos y la complejidad de gestionar estos residuos.

Debido a la falta de infraestructura adecuada y el uso limitado de tecnologías avanzadas—como las que ofrece PICVISA para clasificar materiales por composición y color para su posterior reciclaje—la viabilidad de soluciones sostenibles de reciclaje textil está restringida. Como resultado, la mayoría de las prendas puestas a la venta cada año terminan en incineradoras o vertederos. En 2023, se consumieron un total de 183.8 mil millones de prendas en todo el mundo, pero menos del 1 % de los textiles se reciclan en nuevos productos a nivel global.

La Agencia de Protección Ambiental de Suecia fue pionera en alertar sobre el problema en Europa: solo entre 2000 y 2009, el consumo de textiles aumentó un 40 % en Suecia. La propia Comisión Europea advierte que la Unión Europea produce 12.6 millones de toneladas de residuos textiles al año; la ropa y el calzado desechados representan por sí solos 5.2 millones de toneladas, es decir, 12 kilos por persona al año.

Es hora de combatir este flagelo y tomar acción. El impacto ambiental global de la industria textil, especialmente de la moda, es devastador. Reciclar textiles es urgente porque reduce el espacio en los vertederos, disminuye la contaminación y reduce el consumo de energía y agua. Los estudios académicos muestran que la reutilización y el reciclaje de textiles son clave para poner fin a la incineración y la eliminación en vertederos. Sin embargo, la reutilización de textiles ofrece mayores beneficios ambientales en comparación con el reciclaje.

Por esta razón, es recomendable donar cualquier prenda que ya no usemos. Existen contenedores en la calle diseñados para este propósito, pero también es posible llevar los artículos a puntos de recogida dedicados, como los gestionados por ONG como Caritas en España. En el vecino Italia, Fratelli Esposito destaca por su experiencia en la gestión y recuperación de ropa usada. En Estados Unidos, Goodwill anunció recientemente planes para ayudar a desviar los textiles de los vertederos de EE. UU. y crear un camino hacia un ecosistema textil circular.

Otra opción de reutilización es vender ropa a través de aplicaciones tecnológicas: plataformas como Vinted o Wallapop se han convertido en grandes aliados. Y si no podemos desechar nuestra ropa porque está demasiado gastada, la buena noticia es que los materiales textiles pueden ser reciclados en nueva ropa u otros productos. Esta es una forma importante de minimizar el impacto ambiental de la producción y eliminación de ropa. Aún así, nunca debemos olvidar que la mejor opción siempre es consumir menos y, si lo hacemos, comprar productos de mayor calidad y durabilidad que puedan ser reparados.

Hecho importante: la moda rápida provoca que las prendas se usen solo unas siete veces en promedio. En nuestro continente, las personas utilizan solo el 30 % al 40 % de lo que guardan en sus armarios. En el Reino Unido, alrededor del 49 % de todos los textiles no deseados se tiran cada año, lo que equivale a unos 35 artículos por persona anualmente.

¿Por qué es tan importante el reciclaje textil?

Producir ropa en exceso conlleva tanto costos económicos como ambientales. Algunas cifras anuales globales lo confirman. Según un informe de la Universidad de Leeds, que cita un estudio de 2017 de la Fundación Ellen MacArthur titulado “A Review of the Socioeconomic Benefits of Textile Recycling,” el impacto global de la producción textil asciende a 1.2 mil millones de toneladas de gases de efecto invernadero; un consumo de agua de aproximadamente 93 mil millones de metros cúbicos; 8 millones de toneladas de fertilizantes y 200,000 toneladas de pesticidas para el cultivo de algodón; y 42 millones de toneladas de productos químicos, de los cuales un millón son tintes.

Reciclaje textil

La industria textil ha comenzado a abordar el problema convirtiendo la ropa usada en tejidos para fabricar nuevos prendas o productos como alfombrillas acolchonadas para sillas y tumbonas, trapos de limpieza, mantas industriales y más. El reciclaje textil no es nuevo. En el pasado, suéteres, bufandas y otras prendas de lana se desenrollaban, y de los hilos se fabricaban nuevos artículos, adaptados a nuevos tamaños o modas actuales. Lo nuevo es la gama de estrategias innovadoras para utilizar los desechos fibrosos textiles transformándolos en materias primas secundarias no peligrosas, adecuadas para aplicaciones más limpias y respetuosas con el medio ambiente, como materiales de construcción e ingeniería geotécnica.

Obligada a cumplir con la Directiva Europea 2008/98/CE, la industria textil lanza iniciativas como Re-Viste, un programa promovido recientemente en España por Inditex, Mango y El Corte Inglés. Es la primera alianza de empresas de los sectores de la moda, calzado, ropa deportiva y textiles para el hogar que pretende actuar conforme a la Ley 7/2022 del 8 de abril sobre residuos y suelos contaminados para una economía circular, que entrará en vigor en 2025. Este Sistema de Responsabilidad Ampliada del Productor Colectivo (SCRAP) de la Asociación para la Gestión de Residuos Textiles y de Calzado lanzará su prueba piloto el próximo mes de abril.

¿Cómo funciona el reciclaje de residuos textiles?

Cambiar la forma en que producimos y consumimos textiles es esencial. Además de reutilizar ropa y promover la compra y venta de segunda mano, es crucial reciclar los productos textiles. Esto implica diversos procesos:

Procesamiento mecánico. Este método de reciclaje descompone el tejido textil mientras conserva las fibras. Después de triturarlas, estas fibras pueden ser hiladas para crear nuevos tejidos. Esta es la técnica más utilizada y está particularmente bien desarrollada para los textiles de algodón. Los protocolos de procesamiento mecánico pueden diferir dependiendo del material, requiriendo diferentes niveles de clasificación antes de que comience el proceso. Los textiles deben separarse por composición de tela y color para evitar la re-teñido y el blanqueo. Una vez clasificados, los materiales textiles pueden ser triturados, lavados y separados en fibras más pequeñas. Las fibras luego se alinean en un proceso llamado cardado, preparándolas para ser hiladas juntas. Algunas fibras, incluido el algodón, deben hilarlas con una fibra portadora (algodón, algodón orgánico o poliéster) para mantener una calidad más alta. Cuando las fibras se hilan en un nuevo hilo, se pueden usar para crear nuevos textiles. El número de veces que un material puede ser reciclado depende de la calidad de las fibras, que disminuye con cada ciclo de procesamiento mecánico.

Procesamiento químico. El reciclaje químico se utiliza para fibras sintéticas como el poliéster (PET). Utiliza una serie de procesos para reciclar los flujos de desechos en productos químicos básicos, llamados monómeros. Este proceso de despolimerización elimina los contaminantes del material bruto, como tintes y fibras no deseadas. Muchas industrias, como la de la ropa y el calzado, utilizan los monómeros resultantes para crear nuevos productos químicos y materiales.

A diferencia del reciclaje mecánico, el reciclaje químico produce fibras de alta calidad similares a la fibra original utilizada. Por lo tanto, no se necesitan nuevas fibras para respaldar el producto resultante del proceso químico. Se utilizan diferentes productos químicos y procesos para otros materiales como el nailon y las fibras basadas en celulosa, pero la estructura general del proceso sigue siendo la misma.

Para abordar estos procesos, la tecnología automatizada como la fabricada por PICVISA es crucial. Está diseñada para clasificar prendas en más de 70 categorías diferentes, gracias a un sistema de cintas transportadoras dual capaz de manejar hasta dos toneladas de ropa por hora. Esta solución innovadora mejora significativamente la eficiencia y precisión del reciclaje, no solo según el material, sino también considerando su tono. Gracias a PICVISA, la industria textil y las organizaciones especializadas en el reciclaje de estos materiales darán un paso más hacia una economía circular, asegurando la sostenibilidad empresarial mientras mitigan su impacto ambiental en el planeta.

Información

  • Barcelona, Spain
  • PICVISA